El metro cabalga raudo al entrar en el anden, apenas bajando la velocidad.
Era importante que la chica de guardia esa mañana, recordara mi pregunta.
Así que insistí nuevamente:
-¿Cual linea me dijo que se detiene aquí?-
-La roja- contesto ella ya molesta, yo le había preguntado un par de veces antes y ella ya no me trataba de "Señor".
Entre tanto que avanza el metro que a todas luces es verde, apenas baja la velocidad.
Me mojo lo labios en una mueca definitiva y me voy acercando a la franja amarilla, mientras apresurado le grito a la joven guardia que me da la espalda,
-¿ Es este, verdad?-
-¡No!- me dice ella, pero yo que voy raudo, finjo tropezar.
El maquinista del tren que avanza por el anden, me ve de reojo, pero no logra reaccionar a tiempo.
Yo voy volando y recibo todo el golpe de la maquina en la cabeza sin oportunidad de sentir como las ruedas trituran mi cuerpo.
El tramite es rapido.
Una semana después se hizo efectiva la póliza del seguro, lo que garantiza la escolaridad del hijo en la universidad, la AFP hizo tambien su parte, habra dinero para un buen pasar.
Probablemente a fines del proximo mes la casa se pague con el seguro de desgravamen.
La niña guardia, que esta aun con licencia, dijo que yo parecia un hombre comun y corriente y que me habia tropezado, el tren no pudo parar y que lamentaba la perdida para mi familia.
Su informe ayudó mucho.
Mi cuerpo se pudre en el Parque villa del sol.
A veces, el maquinista del tren sueña conmigo.
Don flan envasador