Entro y me golpea el olor a ser humano.
Veo un par de ojos oscuros, esos ojos infectados en sangre me miran afiebradamente.
Esquivo la mirada, quiero salir y la puerta se cierra a mis espaldas.
Contengo la respiración hasta oír la voz gangosa del maquinista -“...Estación Tobalaba, lugar de combinación con línea 5...”, salgo agónico al pasillo, trato de respirar a bocanadas, de llenar mis pulmones de aire; entonces, el niñito moquillento estornuda.
Contengo la arcada, me siento mal.
¡Maldita sea, me acabo de resfriar!.
Mierda, justo el ultimo día de agosto.
Hola Feña!! Oye ke común para todos son las situaciones del metro... tu descripción de alguna forma la he vivido, y creo ke muchos más también... definitivamente podríamos decir ke el metro nos "a una"...
ResponderBorrarFeña un abrazo, no te pierdas!!
yop...