jueves, octubre 07, 2010

RIMBAUD


Me cuesta leer a Rimbaud, hereje yo, es mi primera vez que le leo.
Por eso me niego a leer algo de Rimbaud que no sea Rimbaud.
No me dejo seducir con la idea facilista de una biografía o un comentario bien o mal intencionado.
Quiero conocer al hombre desde mi perspectiva y con mis herramientas.
Ademas leo a Rimbaud y me cuesta porque desconfío del traductor.
Porque se que ya le ha traicionado al cambiar sus letras del francés al español o peor aun que lo traducido no sea mas que una traduccion del francés al ingles y de este al español.
y ante esto, leo con recelo
Sin embargo vislumbro un origen común, lo encontré en "Alquimia del verbo"
A mí. La historia de una de mis locuras.
Llevaba largo tiempo alardeando de poseer todos los paisajes posibles y encontrando irrisorias todas las celebridades de la pintura y de la poesía moderna.
Me gustaban las pinturas idiotas, dinteles, decorados, telones de saltimbancos, emblemas, estampas populares; la literatura pasada de moda, latín de iglesia, libros eróticos sin ortografía, novelas de nuestras abuelas, cuentos de hadas, libritos infantiles, óperas viejas, estribillos bobos, ritmos ingeniosos. Soñaba cruzadas, viajes de exploración cuyo relato no tenemos, repúblicas sin historia, guerras de religión sofocadas, revoluciones de costumbres, desplazamientos de razas y continentes: creía en todos los encantamientos.
¡Inventé el color de las vocales! - A, negra; E, blanca; I, roja; O, azul; U, verde. - Ajusté la forma y el movimiento de cada consonante y, con ritmos instintivos, me precié de inventar un verbo poético accesible, algún día, a todos los sentidos. Me reservaba la traducción.
Fue al principio un estudio. Escribía silencios, noches, acotaba lo inexpresable. Fijaba vértigos...

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