Desde el fondo es donde me siento a mirar pasar el mundo. Desde el fondo es donde me parapeto, oteo y escondo. En todo caso comienzo desde atrás, en mi final, con la ilusión de encontrar la génesis o por lo menos donde se corto la hebra.
jueves, agosto 18, 2011
La niña de la capa roja.
Había una vez una niña muy bonita.
Su madre le había hecho una capa roja y la muchachita la llevaba tan a menudo que todo el mundo la llamaba Caperucita Roja.
Un día, su madre le pidió que llevase unos pasteles a su abuela que vivía al otro lado del bosque, Le recomendó que no se entretuviese por el camino, pues cruzar el bosque era muy peligroso y se podía encontrar con el Lobo.
Caperucita Roja recogió la cesta con los pasteles y se puso en camino.
La niña tenia que atravesar el bosque para llegar a casa de la Abuelita, pero no le daba miedo porque allí siempre se encontraba con pajaritos, ardillas, lagartijas y de un cuanto hay; a la nena le gustaba hablarles y se entretenía cantando.
Estaba en eso cuando de repente vio al lobo, que era enorme, delante de ella.
-Hola - le dijo y continuo diciendo -Yo soy Caperucita, bueno; la verdad ese no es mi nombre, es que como ando con esta capa, así me llama la gente y yo ya me he acostumbrado a este nombre.-
El Lobo solo gruño.
-¿Que a donde voy?, Pues a casa de la Abuelita- dijo la niña.
El Lobo volvió a gruñir y se acerco cauteloso a la pequeña.
-Si, le llevo esta canastita con pasteles- fue lo ultimo que dijo Caperucita.
Después de una extensa búsqueda por parte de la policía y familiares y luego de un largo y penoso juicio, la justicia condeno a la horca a Pedro el Leñador, este ultimo sindicado como el autor del secuestro y desaparición de la muchacha, el juró inocencia hasta el día del ahorcamiento, diciendo que la canasta, que fue el medio de prueba que le condenó, la había encontrado de camino a la casa de la Abuelita, que resultó ser su amante.
Años mas tarde una pareja de excursionistas, que se refugiaban de una tormenta, encontraron en una caverna los roídos restos de un menor, restos que llevaron a las autoridades envueltos en un paño rojizo que también estaba en la cueva.
La policía y la justicia solo echaron tierra al asunto y no hubo mayores investigaciones.
Y colorin colorado este cuento se ha acabado.
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