Cuando yo me muera, los matinales consternados por mi irreparable perdida no me recordaran y se organizaran para no hacerme ningún homenaje.
En el sur algún día lloverá en mi honor y el norte profundamente conmovido se secara de pena.
El país entero devastado continuara con su rumbo.
Cuando me muera; solo tu, inmisericorde, dejaras que caiga una lágrima y frente a un espejo susurraras mi nombre.
1 comentario:
Buen verso Fernando, me interpreta totalmente, me llegó al corazón.
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