Aparece el azar, con cuerpo de mujer, malafraseada y amorfa.
Aparece con la primavera que la descoloca y la pone en desventaja.
Y aunque le gusta; se enmaraña y rabea por culpa de su buena/mala estrella.
Su estrella que comparte las mismas tristezas del rey David, las mismas tristezas y las mismas culpas.
Se mira al espejo como te miraría a ti, cuando intentas mentir.
Me cobra la sesión de lectura veloz.
Y sin mas, escupe una verdad absoluta.
-El lunes sera lunes y pudiendo ser el lunes, sera lunes sin mi-.
Vomita esta trampa que escapa de las lineas de mi mano.
- Vivir te deja aislado y mañana sera peor-
Lee en mis pardas cuencas.
.-Todo lo que brilla, no es oro.-
Vaticina en su bola de cristal.
-Estarás solo hasta que termines pariendo huachos-.
En las hojas de té me lee:
-No le creas a la ley de gravedad-.
Ambigua y mortal me susurra al oido:
-La magia de la magia, es hacer creer lo que no es y en eso son todos expertos-.
Le hablo yo también tratando de seducir; agradece mis palabras de elogio, aunque dice no merecerlas.
- Me estoy muriendo-declara mientras me mira a los ojos.
- Pero¿quien no se muere cada día?-replico yo.
- Yo lo estoy haciendo mas rápido que el resto- dice;
- No me quejo, solo lo hago patente- concluye.