- ¿No
reniegas de nada de lo que has dicho? - Pregunto el que hacía de líder del
grupo.
-Lo único que
diré en mi favor-, -Es que este es un puto barco a vapor –, - y los remos que
tan graciosamente manejan tus hombres; son el combustible, Maldito ignorante. –
El que hacía
de líder no dijo nada, simplemente dio un fuerte zapatazo al tablón, con lo que
el fogonero perdió pie y cayo a las frías aguas.
El mar
inmisericorde le abrazo tal como lo había hecho un rato antes con el capitán y
el contramaestre.