
la mas elevada y/o absurda de las melodías
nos puede llevar hasta las mismas puertas del cielo,
un cielo idealizado en el cual cantamos compartiendo con los amigos.
Desde el fondo es donde me siento a mirar pasar el mundo. Desde el fondo es donde me parapeto, oteo y escondo. En todo caso comienzo desde atrás, en mi final, con la ilusión de encontrar la génesis o por lo menos donde se corto la hebra.