jueves, marzo 19, 2009

Navidad

La ultima navidad acompañé a Ernesto a comprar una consola de juegos para su hijo, ya sabes esas maquinitas mata marcianos.
Caminábamos por el paseo las Palmas, que de palmas no tiene nada.
La oferta era inmensa y la lucha por clientes encarnizada.
Ernesto pregunta y pregunta.
Mi dato no es tan bueno, porque la tienda que yo conocía estaba cerrada.
Igual le acompaño, pero me aburro; Ernesto insiste en preguntar y preguntar de tienda en tienda y todas estan abarrotadas de clientes.
La situación me complica, tu sabes que cuando yo compro, compro.
Asi que salgo para tomar aire y escapar del escenario inquisidor, entonces a boca de jarro me encuentro con la joven que busca compradores para hacerse con una comision.
- ¿Que necesita caballero? - me pregunta esperanzada.
- Paz interior - Le respondo.
- ¡Chuaaa! - Rie con la boca llena, rie y no me cree.

1 comentario:

Raul A.M. dijo...

Al menos no te dijo algo asi como: dejeme ver, en la bodega puede que nos quede una; detras de las cajas de zapatillas. Cuando eso ocurra, se habran reunido todas las condiciones para entrar en panico.
Saludos