Despacio como el adolescente amor tímido y temido.
Tranquilo, cual beso de despedida o como la lagrima que se te escapa desde tu ojo izquierdo.
Lento, lento; como el paso del amante de regreso a casa.
Así despacio, pausado, te voy enterrando el cuchillo, mientras te tapo la boca para que no grites.
Lentamente voy punzando la piel, te doy todo el tiempo del mundo para que me recuerdes, para que te des cuenta que no me importa quitarte la vida, una vida que nunca te perteneció.
El tramite es cada vez mas lento y tu comienzas a llorar como un niño.
Ya no es necesaria mi mano en tu boca.
Respiras agitado, lloras porque te das cuenta que solo eres una personaje secundario en tu vida.
Te resignas, sucumbes.
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