miércoles, septiembre 07, 2005

XXXII

Son los ojos y no es lo que dicen, es lo que gritan.
Son y no son los ojos...
Ahora son los labios los que miran cuando dices bueno, cuando abusan de la palabra.
Es la voz que escucha la mía para hacerse parte del mismo grito.
Son ahora tus pechos que me acogen y encogen para que llore.

HOMBRE PEQUEÑO
Conozco a un pequeño hombre, porque es un hombre, que hace diez años que no dice te amo, ni siquiera de mentira, y aun vive.
Y yo que de tanto decirlo lo tengo gastado y me rima a -yo también-.
Este mismo hombre, porque es un hombre, dice sobre mi Logia, que nació muerta.
y yo de tanto en tanto, sufro la perdida de este no nato, de este no nato, no nato.

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