martes, octubre 04, 2005

LXIII

Esta es la veta.
Todo va del ser y parecer, la aceptación o el rechazo,
Aun en la discrepancia existe la aceptación.
Es como cuando encontramos placer en el dolor.
Vender, vender.
¡Vender y comprar! .

Queremos ser dioses sin dar amor,

Ser simplemente cómplices.

Le pedimos una mano al destino por todo el desatino.

Queremos reencarnarnos en algo mejor, porque nos da miedo cambiar ahora que podemos, ahora que debemos.

Ahí esta la veta;

vender y comprar siempre al mejor postor, ya sea este amoroso o político o religioso.

LXIV
Tu luz cegadora, tu sal incorruptible, tu devoción martiritista.
Tu santidad que te aparece y florece por los poros.

Yo y mi rabia contenida y poética, poéticamente patética,
todo se va confundiendo a medida que pasan los años,

porque sé, que quizá,

al final te llore, te llore solo.

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