A veces cuando te miro, la palabra...
Beso.
me golpea el rostro,
pero es tan brutal el golpe, que solo quedo en palabras.
A veces cuando te veo, la palabra ...
Abrazo.
surca mi mente,
pero es tan voraz el surco y tan estéril mi tierra,
que solo quedo en palabras.
Y otras veces cuando te miro a los ojos, la palabra
Deseo.
me aplasta el vientre.
Es entonces cuando sufro la maldición de los otros...
de los que están conmigo...
y me vuelvo palabra, un adjetivo absurdo,
que se pierde entre tanto verbo.
I
Sucede, y no pocas veces, que se me va la magia,escurriéndose entre los deudos, en este cáliz que es mi trabajo al mezclarse de tanta angustia ajena y me pongo borroso y ya no logro que me veas y que sonrías un poco.
Sucede que a veces me vuelvo mas humano, menos interesante.
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